martes, 14 de febrero de 2012

Hay una gran diferencia...
+ La primera vez, yo fingí que quería terminar y te demostré que era fuerte (mientras por dentro me moría y lloraba cada vez que me nombraban tu nombre).

+ La segunda vez -ayer- te aclaré que aceptaba y que creía que lo mejor era terminar con algo que nunca empezó y como te dije: cuando las cosas empiezan mal, no hay vuelta que darle. Pero es inevitable esa angustia que me acompaña (y creo que me va acompañar por un tiempito) por que una de mis características es tratar de evitar terminar las cosas, y como acá hubo un final *y todo final tiene una DESPEDIDA* y claramente nada odio más que eso.


Por favor: no me olvides-

No hay comentarios:

Publicar un comentario